viernes, 8 de diciembre de 2006

Una nueva mirada al pensamiento Socialista de nuestro Libertador.


El Socialismo Bolivariano
Por: Jorge Mier Hoffman
“Es mi opinión, que el fundamento de nuestro Sistema de Gobierno, depende inmediata y exclusivamente de la igualdad establecida y practicada en Venezuela. Que los hombres nacen todos con derechos iguales a los bienes de la sociedad; está sancionado por la pluralidad de los sabios, como también lo está, que no todos los hombres nacen igualmente aptos a la obtención de todos los rangos; pues todos deben practicar la virtud y no todos la practican; todos deben ser valerosos y todos no lo son; todos deben poseer talentos y todos no los poseen. De aquí viene la distinción efectiva que se observa entre los individuos de la sociedad más liberalmente establecida. Si el principio de la igualdad política es generalmente reconocido, no lo es menos el de la desigualdad física y moral. La naturaleza hace a los hombres desiguales, en genio, temperamento, fuerza y caracteres. Las leyes corrigen estas diferencias por que colocan al individuo en la sociedad para que la educación, la industria, las artes, los servicios, las virtudes, les den una igualdad ficticia, propiamente llamada política social”…
Simón Bolívar


En estas palabras del Libertador, se resume el fundamento filosófico del Socialismo Bolivariano, que busca la unidad de los pueblos y la igualdad social, no como una utopía, sino como un sistema de gobierno socialista de raíces nacionalista que tanto angustia al gobierno de Washington y en especial al Clan Bush.

Cuando el esquema capitalismo poco a poco ganaba terreno en la sociedad consumista de la colonia, el Libertador respondió:
“La influencia de la civilización produce una indigestión en nuestro espíritu, que no tiene bastante fuerza para masticar el alimento nutritivo de la libertad... Lo mismo que debiera salvarnos nos hará sucumbir… Las doctrinas más puras y más perfectas, son las que envenenan nuestra existencia”…
Simón Bolívar


… Bolívar era un Socialista por convicción..!
Sin embargo, y a pesar de constituir un ancestral sistema de gobierno que busca la igualdad y la justicia social, el capitalismo ha estigmatizado el socialismo, al extremo de convertirlo en una moderna doctrina estatista degenerada del comunismo; y con esta aberración histórica y conceptual, los capitalistas definen el socialismo como:
“Un término que, desde principios del siglo XIX, designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un sistema económico y político basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal de los sectores económicos, lo que se opone frontalmente a los principios del capitalismo. Aunque el objetivo final de los socialistas es establecer una sociedad comunista o sin clases, se han centrado cada vez más en reformas sociales realizadas en el seno del capitalismo”
Lo cierto, es que el socialismo fue, es y será la eterna búsqueda de los pueblos para lograr el equilibrio social y la justicia económica, que tiene como enemigos insalvables al capitalismo con sus políticas neoliberales
Con Karl Marx y a Friedrich Engels, el socialismo adquirió un soporte teórico y práctico a partir de una concepción materialista de la historia que definieron como el “marxismo”, que sostenía que el capitalismo era el resultado de un proceso histórico caracterizado por un conflicto continuo entre clases sociales opuestas; y por consiguiente, el Estado Social fomentaba la clase de trabajadores y sin propiedades, donde no tendría cabida el capitalismo… Principios que nada tienen que ver con la concepción filosófica del Socialismo Bolivariano que instauró Simón Bolívar en América, inspirado en el "Contrato Social" de Rousseau y sus epígonos de la “Revolución Francesa y la Declaración de los Derechos del Hombre”, el cual Bolívar resumió en ese célebre discurso que pronunció el 15 de febrero de 1819, al momento de instalar el Congreso Constituyente en Angostura, donde definió el Socialismo Bolivariano con estas palabras:
“El sistema de gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”…
Simón Bolívar
Ese es el Socialismo Bolivariano que busca el equilibrio social, contrario al capitalismo con sus perversiones económicas excluyentes y restrictivas… El CAPITALISMO es una doctrinaria que aboga por el desarrollo económico personal e individual para lograr el progreso de la sociedad; es decir, que el desarrollo de la nación depende de las libertades económicas de sus ciudadanos; contrario al Socialismo Bolivariano instaurado por nuestro Libertador, que basa su filosofía en la participación de la sociedad para lograr las libertades sociales:
“Son derechos del hombre: la libertad, la seguridad, la prosperidad y la igualdad. La felicidad general, que es el objeto de la sociedad, consiste en el perfecto goce de estos derechos”…
Simón Bolívar
En el capitalismo: las individualidades progresistas se imponen sobre las mayorías conformistas
En el capitalismo: el estado transfiere a los particulares todo el potencial económico y social del país, incluyendo los servicios públicos, la salud y la educación (privatización)... no existen restricciones en el comercio, no hay control de precios, y toda la actividad económica gira en torno a la oferta y la demanda (economía de mercado)… total libertades para las importación y exportación sin ningún tipo de restricción (globalización)… la divisa por excelencia para las operaciones comerciales es la moneda estadounidense (el Dólar)… En el capitalismo el estado impulsa y apoya la iniciativa privada; sector que está obligado a generar impuestos para que el Estado pueda cubrir el gasto militar y burocrático; pero sobre todo, el Estado no aplicará sistemas fiscales restrictivos que puedan limitar las fugas de divisas, la legitimación de capitales, ni las utilidades de los bancos… El Sistema Capitalista Privado encuentra en el neoliberalismo un ambiente ideal para su desarrollo, convirtiendo a la nación en una sociedad “consumista insaciable” de bienes y servicios.

Socialismo Bolivariano es el gobierno de las mayorías, que regula las individualidades progresistas como factores de productividad para el beneficio social
(Desarrollo Endógeno)
El Socialismo Bolivariano es todo lo contrario al capitalismo... Se fundamenta en la racionalización de las riquezas de la nación para convertirlas en bienestar social a cargo del Estado (estado paternalista). No delega en los particulares el mandato Constitucional referido a la: salud y educación… En el Socialismo Bolivariano: las voluntades de las mayorías se imponen sobre las individualidades…

Decía Bolívar:
“Yo antepongo siempre la comunidad a los individuos”
En el Socialismo Bolivariano: el estado explota los recursos del país (nacionalización)... existen restricciones en el comercio para controlar las ganancias de los productores, en función a los subsidios que les da el Estado (control de precios)… Las importaciones y exportación están reguladas para proteger la industria nacional (licencias de importación)… El Estado promoverá la actividad privada que no interfiera con la función del Estado, en cuando atender las clases más necesitadas y lo que por derecho le acuerda al pueblo en la Constitución: servicios públicos, salud, vivienda y educación (programas sociales)… pero sobre todo, el Estado aplicará sistemas fiscales restrictivos para limitar las fugas de divisas (control de cambio), la legitimación de capitales, y las utilidades de los bancos (control de tasas de interés)


Así declaraba Bolívar su Socialismo Bolivariano:
“Dignaos conceder a Venezuela un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar bajo el imperio de las leyes inexorables: la igualdad y la libertad… La igualdad legal es indispensable donde hay desigualdad física, para corregir en cierto modo la injusticia de la naturaleza… La libertad práctica no consiste en otra cosa que en la administración de la justicia y en el cumplimiento de las leyes, para que el justo y el débil no teman, y el mérito y la virtud sean recompensados”

Así pues, El Socialismo Bolivariano en una doctrina de un alto contenido social, contrario al imperialismo económico arraigado en el Poder Supremo de los Estados Unidos; tal cual lo vaticinó nuestro Libertador Simón Bolívar:
“Cuando extiendo la visión sobre este continente, veo que está a la cabeza una nación muy belicosa y capaz de todo como los Estados Unidos... Un mundo de necesidades nos hará cada vez más esclavos del Poder Supremo... Los americanos hoy con más fuerza que nunca no ocupamos otro lugar en la sociedad que de siervos propios para el trabajo, y cuando más somos simples consumidores. No somos capaces de producir ni siquiera nuestras propias necesidades, como una estrategia, para evitar que tengamos capacidad de negociar”…
Simón Bolívar
Inmortales palabras que hoy más que nunca tienen vigencia, en un planeta convulsionado en guerras, por la ambición del imperialismo estadounidense por imponer su Sistema Capitalista y derrocar el Socialismo Bolivariano que se extiende por todo el continente Sudamericano, cuya comparación encontramos en célebres palabras del Libertador:

Capitalismo:
“la globalización no tiene fronteras, la integración económica de los países es menester sin importar los sacrificios”.
Socialismo Bolivariano:
“La prosperidad del país, vendrá cuando los venezolanos tengamos el derecho de gozar y disponer libremente de sus bienes, y del fruto de su talento, industria y trabajo”…
Simón Bolívar

SOBRE LOS RECURSOS NATURALES DEL PAÍS:
Capitalismo:
“Privatizar los activos de la nación es fundamental para reactivar su economía”
Socialismo Bolivariano:
“Las minas de cualquier clase corresponden a la República, las cuales deben ser destinadas al bienestar social”…
Simón Bolívar

SOBRE LA EDUCACIÓN:
Capitalismo:

“es una utopía dar educación integral a todos..! la educación es un negocio rentable como cualquier otro, y será más eficiente en manos del sector privado, sólo para quienes pueden pagarlo”
Socialismo Bolivariano:
“El primer deber del gobierno es dar educación al pueblo… La nación será sabia, virtuosa, guerrera; si los principios de su educación son: sabios, virtuosos y militares. Ella será imbécil, supersticiosa, afeminada y fanática, si se la cría en la escuela de estos errores. Por eso es que las sociedades ilustradas han puesto siempre la educación entre las bases de sus instituciones políticas… He aprendido excitar la prosperidad nacional por las dos más grandes palancas de la industria: el trabajo y el saber. Estimulando estos dos poderosos resortes de la sociedad se alcanza lo más difícil entre los hombres: hacerlos honrados y felices”…
Simón Bolívar

SOBRE EL ESTILO DE GOBIERNO:
Capitalismo:
“Es deber del gobierno proteger la inversión privada, estimular la productividad y permitir las libertades económicas”.
Socialismo Bolivariano:
“Para formar un gobierno estable, se requiere la base de un espíritu nacional que tenga por objeto una inclinación uniforme hacia dos puntos capitales: moderar la voluntad general y limitar la autoridad pública…
Simón Bolívar
Capitalismo:
“Es primordial un gobierno donde se encuentren representados los sectores productivos de la sociedad, quienes actuarán en nombre del pueblo y para el pueblo”.
Socialismo Bolivariano:
“La soberanía del pueblo es la única autoridad legítima de las naciones”…
Simón Bolívar

SOBRE LAS PRIORIDADES ECONÓMICAS:
Capitalismo:
“La economía de mercado permite el desarrollo sostenible del progreso, fundamentado en las doctrinas del estímulos e incentivos al consumismo”
Socialismo Bolivariano:
“La minería, la agricultura, el comercio productivo y la industria… (como desarrollos endógeno)… son el origen de la abundancia y prosperidad nacional; y el verdadero y más inagotable manantial de las riquezas del Estado”…
Simón Bolívar
Pero la conspiración por derrocar el Socialismo Bolivariano esto no es algo nuevo en Venezuela.
Un pueblo en pleno goce de sus derechos sociales y constitucionales, siempre fue, es y será un temor para el Poder Supremo Capitalista, que, desde los Estados Unidos, conspira por los ideales separatistas; y así denunció Bolívar las maquinaciones que pretendían derrotarlo:
“El Poder Supremo celebrará su triunfo colonizador, mientras tanto nosotros, aquí en Venezuela, nos iremos hundiendo en un caos de estériles guerras civiles, con conspiraciones sórdidas y en ellas se perderán toda la energía, toda la fe, toda la razón necesarias para aprovechar y dar sentido al esfuerzo que nos hizo libres… así nuestro caso es el más extraordinario y complicado… por ello les digo a nuestros enemigos: por favor, carajos, déjennos hacer tranquilos nuestra Edad Media..!”
Pero Bolívar fue más allá para consolidar el Socialismo Bolivariano, que hoy está amenazado, ante el peligro que su filosofía se extienda por otras regiones, luego que ha sido aclamado por Venezuela, Brasil, Argentina y Uruguay… y al respecto el Libertador nos advirtió:
“Es preciso que el gobierno se identifique por decirlo así, al carácter de las circunstancias, de los tiempos y de los hombres que lo rodean: Si éstos son prósperos y serenos, él debe ser dulce y protector; pero si son calamitosos y turbulentos, él debe mostrarse terrible y armarse de una firmeza igual a los peligros, sin atender a las leyes ni a la constitución, mientras no se establezca la felicidad y la paz”…
Simón Bolívar

Reflexiones sobre el Socialismo del nuevo siglo.

Bolívar y el socialismo del siglo XXI
Ramon Franquesa
Espai Marx.



En la búsqueda de la alternativa al actual e injusto modelo de sociedad, bueno será recordar ideas emancipadoras que han llegado a encarnarse en procesos reales de cambio y por tanto se han transformado en hecho social: la revolución francesa, la lucha por la independencia de América Latina, las revoluciones socialistas del siglo XX y la actual revolución bolivariana en Venezuela.
En cada uno de esos procesos podemos detectar una serie de características comunes:
a) Surgen de una crisis económica, social e ideológica(¿???) de la sociedad anterior. La vieja estructura muestra su inviabilidad y la sociedad reclama nuevas formas de organización.
b) Existe previamente una propuesta ideológica nueva, que impide que pueda sostenerse que la crisis tiene una causa accidental (mal rey, mala cosecha, etc.) y empuja a la sociedad a romper con el fatalismo de que no existe nada nuevo bajo el Sol.
c) El proceso de cambio implica un proceso de acción destructiva de lo viejo.
d) En este contexto se consolida una nueva forma de organización social, sobre la base de las concepciones ideológicas previas pero también en función de cómo estas se pueden aplicar en la práctica. Se abre un proceso de experimentación social que consolida una nueva propuesta organizativa, que difiere parcialmente de los planteamientos iniciales
e) Este proceso de creación social está condicionado por la reacción interna y externa a los cambios y por la necesidad de construir una organización coherente en relación a los medios culturales y económicos disponibles.
f) La Revolución se consolida y se reinterpreta teóricamente para justificar su forma final.
La herencia de la Revolución francesa
La Revolución Francesa fue una enorme convulsión social en la que emergieron ideas y propuestas que removieron el viejo orden y abrieron las puertas de la libertad y emancipación humana hacia un horizonte que iba mucho más allá de los resultados que finalmente se obtuvieron.
Fue una revolución burguesa, pero como diversos autores han apuntado, muy particular. Las condiciones históricas no permitieron un cambio negociado entre aristocracia y burguesía como en Inglaterra, porque la crisis del trigo (que movilizó efectivamente por hambre a las clases populares), no permitía a la aristocracia reconvertir sus explotaciones feudales en capitalistas. Frente a esa resistencia, la burguesía tuvo que aceptar la movilización de las clases populares (sans culottes) para desplazar violentamente a la nobleza, que no aceptaba negociar la perdida del diezmo y sus privilegios jurídicos en un contexto de crisis. Sin embargo una vez las capas populares estuvieron movilizadas y percibieron que podían literalmente cortar la cabeza de quien siempre les había mandado, reformularon sus aspiraciones de manera mucho más ambiciosa.
Estos grupos percibieron que no sólo eran explotados por la nobleza, sino que los especuladores, los rentistas, los acaparadores, formaban parte de los explotadores aunque no fueran de sangre noble. Por las razones antes expuestas, durante un tiempo la burguesía se radicalizó, desplazando a los girondinos (partidarios de la negociación con el rey) por los jacobinos, que se apoyaron en las clases populares y aceptaron ciertas medidas socializadoras (impuestos, precios máximos, requisas) de manera coyuntural, para poder imponerse militarmente a una nobleza que se resistía ferozmente a los cambios, porque a diferencia de Inglaterra le era muy difícil convertirse en propietarios capitalistas. En ese periodo aparece por primera vez una corriente socialista autónoma de los jacobinos, con los sectores agrupados bajo Hèbert.
Un aspecto muy relevante de ese periodo es el recurso al Terror. La inseguridad en las fronteras se resuelve recurriendo a una “Dictadura” transitoria para liquidar a la nobleza conspiradora, pero ese Terror anula también las formas democráticas de participación y convierte la lucha política en una lucha de lideres jacobinos contra reaccionarios, prescindiéndose de la iniciativa popular. La burguesía utilizó su poderoso Comité de Seguridad Pública para anular los Tribunales Populares, la lucha abierta de ideas de los clubs políticos y la prensa. De hecho el Terror llevó la revolución al terreno de las nuevas élites, haciéndola pasar de las calles a los comisarios y prefectos.
En ese contexto de desmovilización, una vez la burguesía, que era hegemónica entre los jacobinos, vio que tenía la situación controlada frente a la nobleza y la iglesia, pasó a aplicar el Terror sobre los Herbistas y empezó a ejecutarles. Para mantener las formas a Hèbert se le ejecutó junto a Danton (dirigente girondino), para dar la imagen de aplicar equitativamente el Terror hacia la derecha y la izquierda.
Pero Robespierre, dirigente de los jacobinos, hizo un mal cálculo con la liquidación de los dirigentes populares, porque una vez liquidada la izquierda, la gran burguesía ya no necesitó a los jacobinos. A los pocos meses sobrevino la reacción Termidoriana y fue Robespierre quien a su vez acabó pasando por la guillotina.
Es tras ese periodo donde surge con fuerza la voz de Babeuf, quien recogiendo sistemáticamente la difusa ideología de Hèbert planteará la necesidad de una nueva revolución que complete la obra iniciada en 1789 estableciendo una sociedad comunista. Así planteará la abolición de la herencia y una profunda reforma agraria que convierta en iguales a los ciudadanos y por tanto radicalice la democracia hasta la igualdad. Babeuf ocupa un destacado lugar en los primeros capítulos de las historia del movimiento y pensamiento socialista.
Napoleón cerró los clubs políticos que difundían abiertamente las ideas de Babeuf y este pasó a la clandestinidad. En ella surge otra innovación de Babeuf, su táctica conspirativa. Esta se basaba en articular una estructura piramidal dirigida por un Comité de 7 personas, que preparaba una insurrección armada. Su técnica insurreccional se basa en una preparación muy cuidada de toda la operación como acción militar a cargo de un grupo clandestino de activistas comprometidos, que pretendían tomar la dirección de las masas. Los iguales se organizaron en células independientes entre sí, cuyos miembros desconocían a los de otras células, apelaron directamente a la clase obrera de París utilizando el periódico como mecanismo de propaganda, formaron células en los barrios, pueblos, ejército y policía. Desde entonces los métodos de Babeuf quedarían como modelo para la revolución socialista: Blanc, Blanqui o Lenin se inspiraron en la idea de hacer la revolución por medio un partido firmemente estructurado que crease las condiciones ideológicas y organizativas del cambio.


Una segunda contribución de Babeuf es su plan de acción a aplicar tras el triunfo de la revolución.


Frente a los socialistas utópicos posteriores que confían en el automatismo espontáneo social, Babeuf cree que la tarea de transformación de la sociedad sólo puede ser ejecutada por una dictadura revolucionaria, provisional, que tiene como fin asegurar la transición a una auténtica situación de igualdad. Una vez distribuida la riqueza y consolidada la igualdad entre las personas, la Dictadura daría paso a una amplia democracia. Esta idea seria recogida por autores como Marx y Lenin, que formularán en un sentido parecido su concepto de Dictadura del Proletariado como forma de gobierno transitorio para las revoluciones en que se verán implicados (Comuna de París en 1871 y Revolución Rusa en 1917).
Babeuf quiere instaurar la felicidad, es decir, la igualdad en el goce de los bienes. Hay que instaurar la igualdad económica y, sobre ella, la igualdad política. La idea fundamental es la distinción aprendida del feudalismo entre dominio directo y dominio útil. Aquél ha de ser un dominio de la sociedad. Hay que construir, por tanto, la propiedad colectiva de la tierra. Para ello la dictadura provisional comenzará por incautarse de los bienes pertenecientes a los emigrados y los enemigos de la república, y procederá a una redistribución de la riqueza. Esto preparará al pueblo para el segundo y definitivo paso que es la abolición de la propiedad. Paso que se dará paulatinamente mediante la abolición de la herencia, de modo que en el curso de una generación toda la riqueza pase a ser propiedad social. El uso de esta propiedad sería individual o familiar. La familia sería el agente de la producción, la cual permitiría atender a las necesidades de todos, porque el trabajo sería mucho más abundante y eficaz. Además, el trabajo libre se convertiría en realización personal. La producción estaría entregada a agentes individuales; pero no la distribución. Habría graneros colectivos que recogerían la producción, administrados por funcionarios elegidos. El pueblo se habría convertido en una comunidad de iguales, trabajadores sin propiedad privada, sin avaricia, pero llenos de virtud moral. Las grandes ideas morales de la humanidad y la revolución (Libertad-Igualdad-Fraternidad) son las que están empujando el pensamiento comunista de Babeuf. Es un comunismo para una sociedad rural, frugal, que entonces empezaba a desaparecer.
Pero lo que tiene más interés es observar cómo Babeuf define el estado en la sociedad socialista. Para definir la forma ideal de gobierno se inspira en los conceptos enunciados por Rousseau: “Para que el estado social sea perfeccionado, es necesario que cada uno tenga lo suficiente y que nadie tenga en demasía” y por Robespierre: “La finalidad de la sociedad, dice en su Declaración de los Derechos, es la felicidad común, es decir, evidentemente, la felicidad igual de todos los individuos, que nacen iguales en derechos y en necesidades.
Sobre esa base hace la formulación de cual es el objetivo de la organización del gobierno socialista que propone cuando enuncia me he comprometido con el pueblo a mostrarle el camino de la felicidad común; a guiarle hasta el fin, a pesar de todos los esfuerzos del patriciado y del monarquismo; a hacerle conocer el porqué de la revolución; a probarle que ésta puede y debe tener por último resultado el bienestar y la felicidad, la suficiencia de las necesidades de todos.
Bolívar: La lectura latinoamericana de la Revolución Francesa
Bolívar entrará en contacto con la Revolución Francesa en España en 1800 a través del Marqués de Urdariz. Este caraqueño asentado en Madrid le facilitará el acceso a la lectura de textos que llegaban clandestinamente a España. También en su casa tendrá ocasión de participar en animadas tertulias de círculos liberales españoles. Entre septiembre de 1801 y abril de 1802 estará en Francia, cinco años después de la ejecución de Babeuf. Aunque se confiesa admirador de Napoleón en ese momento, es más que probable que tuviese acceso a las publicaciones de Marat, Robespierre y Babeuf que circulaban en esos años. Es cualquier caso parece seguro que debió entrar en contacto al menos con las ideas de estos pensadores, a través de tertulias y conversaciones, puesto sus ideas circulaban oralmente en una Francia aún en efervescencia post-revolucionaria.
Después de la muerte de su primera mujer, entre 1803 y 1806 volvería Europa para visitar Madrid, Londres, París, Viena, Milán, Roma y Nápoles, regresando por Estados Unidos, donde visitó varias de sus ciudades del Atlántico. Bolívar conocerá, acompañado en parte de su viaje de su querido maestro Simón Rodríguez, una Europa convulsa bajo las guerras napoleónicas, que hunden a la monarquía española en una profunda crisis. Aparte de una componente personal para recuperarse de la muerte de su mujer, el viaje tuvo un interés político. Parece claro que le atrae el dominio en el manejo de los bienes del estado y todo aquello que puede ser útil para el bienestar de su patria. Puso especial atención a la relación de influjo y veneración que había logrado Napoleón con el pueblo francés en esos días de gloria. En Roma, rodeado de los recuerdos de la época republicana, se consolidó su convicción plena de que debía lucha por la libertad de los pueblos americanos y de que esa era tarea a ejecutar de ahí en adelante. Ello culmina en el juramento del Monte Sacro. Su último viaje a Europa con Luis López Méndez y su antiguo maestro Andrés Bello será como diplomático a Londres, ya en una delegación de Venezuela en 1810.
Su pensamiento combinó el conocimiento de las ideas más avanzadas de su tiempo con las que había entardo en contacto en la convulsa Europa, junto la vivencia de una realidad hispanoamericana impregnada de opresión y mestizaje. No está de más resaltar que precisamente esa toma de contacto era muy superior a la de muchos intelectuales españoles, y ya no digamos de sus gobernantes, cada vez más cerrados en sus fronteras para hacer frente a la epidemia revolucionaria de Francia, por medio de un cordón sanitario intelectual que bloqueó correspondencia y el tráfico de libros.
Su pensamiento maduró lentamente a partir de ese poso adquirido. Su expresión más sólida quedará definida sólo tras muchos años y mucha práctica política. Bolívar conocerá la victoria y la derrota, se verá aclamado en su gloriosa entrada en Caracas en 1813, pero cercado deberá huir y exiliarse. Verá como el imperio español utiliza a los esclavos contra los criollos para evitar la independencia y observará la sólida fuerza de los pobladores llaneros dirigidos por Páez.
El Segundo Congreso de Venezuela, convocado por Bolívar, se reúne en Angostura el 15 de Febrero de 1819. Es en ese momento en que se expresa la máxima madurez política del Libertador, donde se expresan las ideas que van a permitir iniciar el combate definitivo por la Independencia. Lo que se inicia como una simple lucha por la independencia de una monarquía destruida por su degradación y por la invasión napoleónica, se convierte en una formulación nueva para una sociedad que solo ha conocido la opresión y la subordinación.
Las ideas-fuerza que expresa ese pensamiento son:
1) El carácter igual de los hombres frente el esquema imperial de castas devenidas de la voluntad divina. Los hombres nacen todos con derechos iguales a los bienes de la sociedad. Ello a pesar de que los hombres no son iguales entre si: La naturaleza hace a los hombres desiguales, en genio, temperamento, fuerzas y caracteres. Las Leyes corrigen esta diferencia porque colocan al individuo en la sociedad para que la educación, la industria, las artes, los servicios, las virtudes, le den una igualdad ficticia, propiamente llamada política y social.
2) Una expresión fundamental de esta igualdad es la emancipación de los esclavos que instituye por Decreto en 1816. En Angostura plantea: La esclavitud rompió sus grillos, y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han convertido los instrumentos de su cautiverio en armas de Libertad. Si, los que antes eran Esclavos, ya son Libres: los que antes eran enemigos de una Madrastra, ya son defensores de una Patria. Esta emancipación resultaría determinante para dar soporte al programa independentista, pero se veía amenazada por los intereses de la clase criolla que hegemonizó ese proceso. Bolívar insiste en ese aspecto de su programa, porque predetermina el modelo de sociedad a que se aspira: imploro la confirmación de la Libertad absoluta de los Esclavos, como imploraría mi vida, y la vida de la República.
3) El gobierno no es un fin en sí mismo, no tiene una finalidad idealista, ni metafísica fuera de las necesidades de los hombres. El Estado debe servir a fines específicos y en función de cómo los cumple debe ser evaluado. Por tanto no existe un modelo de gobierno ideal a copiar de cualquier otro lugar, sino que se debe improvisar su arquitectura en función de examinar si cumple correctamente sus objetivos. No olvidando jamás que la excelencia de un Gobierno no consiste en su teórica, en su forma, ni en su mecanismo. sino en ser apropiado a la naturaleza y al carácter de la Nación para quien se instituye.
4) Los objetivos supremos de la sociedad organizada deben definirse en función de sus resultados para el conjunto de la sociedad. Para Bolívar: El sistema de Gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social, y mayor suma de estabilidad política. Esta formulación radical de la función del Estado enlaza con la que Babeuf plantea desde su perspectiva socialista.
5) Pero este desarrollo debe realizarse armónicamente con las posibilidades que permite en ese momento la sociedad latinoamericana. Bolívar es muy consciente de lo limitado que es el punto de partida y de lo peligroso que puede ser un enfoque ideológicamente dogmático en ese contexto: Las reliquias de la dominación Española permanecerán largo tiempo antes que lleguemos a anonadarlas: el contagio del Despotismo ha impregnado nuestra atmósfera, y ni el fuego de la guerra, ni el específico de nuestras saludables Leyes han purificado el aire que respiramos. Y más adelante expresa: No aspiremos a lo imposible, no sea que por elevarnos sobre la legión de la Libertad, descendamos a la región de la tiranía.
6) La educación debe ser un motor de cambio.
7) El carácter continental de su obra. Si Hispanoamérica no genera un gran espacio político, se vera condenada a la marginalidad y a nuevas formas de dependencia.
Sin duda un indicador de hasta qué punto Bolívar se adelantó a su tiempo reside en el hecho de que la emancipación de los esclavos no fuera reconocida por los gobiernos posteriores hasta 1854 y que la unidad latinoamericana, ni tan siquiera lo que fue la Gran Colombia que presidio, aún hoy no se haya alcanzado.


El concepto de socialismo en el siglo XX
No dispongo aquí del espacio suficiente para elaborar una análisis detallado de cómo evolucionó la idea y la praxis de socialismo a lo largo del siglo XX. Las ideas de Babeuf llegaron a través de Buonarroti, Blanqui, Marx y Lenin depuradas al siglo XX. Estos autores fueron superando el elitismo de Babeuf, articulando un análisis económico más profundo y una articulación conspirativa más efectiva (más política y menos militarista) y participativa (de un partido con un líder en que sólo fluye información de arriba abajo, se pasa a un partido con participación de la base y flujo de información en doble dirección).
La evolución del pensamiento y acción socialista ha sido compleja. Ha generado grandes resultados: crecimiento industrial en países atrasados, generalización de las políticas de bienestar en la sanidad y la educación, terminó con el viejo sistema colonial, y se opuso al recurso a las guerras imperialistas. Pero no ha estado exento de dificultades y errores. En general se observa en el siglo XX una praxis socialista cargada de clichés, esquematismos y uniformidad de un proceso que tiene mucho de eurocentrista.
El frío juez de la Historia nos informa que en último término buena parte de estas formulaciones finalmente fracasaron, a pesar de sus éxitos iniciales. Hoy esos procesos deben ser analizados minuciosamente para extraer de ellos las experiencias positivas y negativas. Pero este estudio no puede ser objetivo. Para unos se trata de estudiar esas revoluciones para evitar que los de abajo vuelvan a rebelarse. Para otros se trata de estudiarlas para ver donde se equivocaron y lograr avanzar allá donde se encallaron. Para los primeros vale cualquier cosa para desprestigiarlas y desanimar a los de abajo de que osen cambiar el mundo. Para los segundos es imprescindible conocer la verdad y los datos para evitar tropezar con el mismo error.
Desde mi punto de vista, algunos de los errores en el siglo XX tienen su raíz en Babeuf. Se trata de conceptos que se han mantenido y están en la base de las crisis del socialismo del siglo XX, en particular me interesa insistir en dos:
1) El concepto de Dictadura del Proletariado. Tal como deviene del jacobinismo y de Babeuf, es un planteamiento incoherente y con alto riesgo político. Es incoherente porque si se aspira a representar a la mayoría, no hay razón para sustituir la democracia. Y es arriesgado porque promueve procesos políticos de sustitución del sujeto revolucionario por una burocracia que acaba teniendo intereses particulares que se apartan de los de la mayoría. De hecho en Francia tenía la posible justificación de que no era fácil pasar de la democracia censitaria (sólo votaban los ciudadanos que pagaban impuestos y tenían domicilio fijo: la burguesía) a la democracia universal en una sociedad sin medios de gestión y con alto analfabetismo. En el caso de Rusia se empleó otra justificación basada en que el proletariado era minoritario respecto del campesinado (pero nótese el absurdo de que se desarrollara un modelo de socialismo opuesto a los intereses de los campesinos). En el mundo de hoy, los trabajadores son tan mayoritarios respecto a sus explotadores que no es posible ni tan siquiera emplear las precarias justificaciones que se dieron en el pasado. Lo que necesita la “transición” no es una Dictadura sino más participación, más democracia. El gran problema de los procesos revolucionarios es cómo mantener el máximo periodo de tiempo posible la movilización social, hasta barrer los fundamentos de los viejo, sabiendo que lo natural en una sociedad no es la “revolución permanente” sino la paz social. La mayoría de las personas solo participa políticamente en situaciones de tensión y prefiere dedicarse a sus asuntos (familia, trabajo, ocio, etc.) si puede delegar la actividad política o cree que su movilización no sirve para nada.
2) La mitificación del Terror como medio de cambio. Aunque Babeuf fue muy crítico con el Terror jacobino, que quitó el protagonismo a la sociedad en beneficio de la élite política y desplazó el control de la revolución de las calles a las comisarías, su conspiración militarista después del Termidor de hecho contiene una fuerte añoranza de los medios violentos de esa fase de la revolución. Además, sus herederos -y especialmente Bouanarroti, que es el único conspirador que se escapa de la muerte y años después dejará el único testimonio escrito-, aún serán más partidarios de medir la revolución por los litros de sangre derramada. El Terror selecciona una elite ejecutora que empieza por silenciar al adversario y acaba por silenciar a toda la sociedad: sin palabra no hay movilización, y sin movilización social no hay revolución.
Pero por otra parte hay aspectos de los planteamientos de Babeuf que fueron olvidados en la tradición marxista y que hoy justamente aparecen reivindicados. Por ejemplo el carácter finalista de los gobiernos. ¿Qué define el carácter socialista de un gobierno? ¿Cómo debemos medir la eficiencia de un gobierno? ¿Cómo podemos evaluar su coherencia con los objetivos socialistas? Para Marx la función del gobierno es la socialización de los medios de producción. En la revolución soviética esto se acabará traduciendo en que se mide el socialismo por el porcentaje de medios de producción estatalizados. Esta percepción se basa en un análisis teórico del proceso de producción, pero puede esconder, al movernos de la teoría a la realidad, una cierta simplificación sobre las alternativas posibles (propiedad privada individual o estatal). Los trabajadores soviéticos y de otros países acabaron advirtiendo que ese modelo se podía convertir en un capitalismo de Estado. Ello también está relacionado con el dilema de cómo se controla este Estado, y es claro que sin democracia es difícil que éste se mantenga largos periodos al servicio de la mayoría. Pero existe una forma alternativa definitoria de medir el grado de socialismo que no está caracterizado por unos parámetros teóricos de las formas de propiedad, sino por los resultados sociales obtenidos. Aquí, la orientación de Babeuf, que reformuló Bolívar, en el sentido de que El sistema de Gobierno más perfecto, es aquel que produce la mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social, y mayor suma de estabilidad política resulta muy superior a aquella que mide el socialismo por el peso de la propiedad estatal de los medios de producción.
Adoptar indicadores de resultado social (esperanza de vida, distribución de la riqueza, consumo, etc.) permite disponer de criterios para evaluar desde una perspectiva socialista nueva si es mejor en un caso concreto una propiedad individual, cooperativa, municipal, regional o estatal. Ello no supone negar el análisis teórico, que puede y que debe contribuir al debate, sino insistir en que al final lo que debe decidirnos son los resultados prácticos y no la teoría.
Así, por mucho que diga la teoría, si un fontanero con su empresa individual me atiende mejor que una empresa del Estado, el socialismo debe preservar la existencia de ese tipo de empresa individual. Ello no sólo redunda en la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos de esa sociedad socialista, sino que permite extender coherentemente esa misma regla a la crítica estructural de las sociedades capitalistas. Obsérvese las virtudes conmutativas de esa regla. Así, bajo condiciones de capitalismo, los mismos partidarios de ese nuevo socialismo frente a un monopolio como el servicio de electricidad si demuestran (y ello es bien fácil) que atiende mejor al ciudadano cuando es público que cuando es privado, pueden sostener que no es oportuna su privatización, no tan sólo desde una perspectiva teórica socialista, sino porque es la opción en la práctica más racional. En este caso son los voceros del capitalismo quienes aparecen como ideólogos a la defensiva, si sostienen que esa producción debe ser privada por principio, aunque funcione peor que bajo un régimen público.
Evidentemente los neoliberales seguirán sosteniendo las privatizaciones porque su problema no es teórico sino práctico: apropiarse de los grandes beneficios del tejido económico. Sin embargo, un enfoque emancipador fundamentado en elementos empíricos racionales y demostrables facilita mucho más la articulación y hegemonía de una conciencia opuesta al neoliberalismo.
En este sentido tiene relevancia considerar, en la definición del socialismo del siglo XXI, el pensamiento de Bolívar. No solo tiene elementos que lo hacen cercano a las tradiciones marxistas (negación de la esclavitud y el racismo o planteamiento internacionalista en la aspiración política continental), sino que además tiene elementos que se inspiran en la tradiciones socialistas de la Revolución Francesa, que aparecen por esa vía de manera oportuna con voz propia en la reflexión abierta sobre el socialismo en el siglo XXI.
El proceso en Venezuela y sus bases teóricas
Este siglo está empezando con un proceso de emancipación social de nuevo tipo en Venezuela, que llama poderosamente la atención en todo el mundo, pero muy especialmente en Latinoamérica. Este proceso tiene elementos particulares derivados de su situación específica y otros vinculados a la globalización. Se trata de un proceso de emancipación nacional, que frente al hegemonismo de EEUU (que expresa políticamente el paradigma del neoliberalismo en el mundo y particularmente en Latinoamérica), sintetiza la tradición europea socialista y la tradición continentalista y popular Bolivariana
El preámbulo de la presente revolución fue el Caracazo, una rebelión popular que surge espontáneamente en febrero de 1989 ante la quiebra de los precarios sistemas de protección social de Venezuela y que acaba en una masacre. Se trata de una represión dirigida por un gobierno formalmente socialdemócrata, que llevó a un total desprestigio de las fachadas partidarias que encubrían políticas neoliberales. La formulación de la alternativa se plasmó primero insurreccionalmente por un núcleo de militares bolivarianos que, tras fracasar en 1992, reaparecen por la vía electoral en forma de un movimiento progresista cívico-militar que reivindica, frente a la destrucción neoliberal del país, la tradición y el pensamiento de Simón Bolívar.
Los adversarios de los cambios y parte de los teóricos de izquierda denuncian la supuesta inconsistencia de ese bagaje teórico que fue formulado por Chávez como un árbol de tres raíces: Bolívar (igualdad, libertad e integración latinoamericana), Ezequiel Zamora (soberanía popular y unidad cívico-militar) y Simón Rodriguez (educación popular).
Hoy resulta que tal bagaje sí ha sido suficiente para crear un bloque de cambio que ha resistido desde 1998 todas las confrontaciones electorales, golpes de estado, presiones del gran hermano (y de algún hermano enano), bloqueos... Y no solo ha resistido, sino que ha ido cohesionando las clases populares con una fuerza inusitada en estos tiempos de reflujo popular. Su éxito político es la mejor prueba de la utilidad de ese bagaje teórico.
Sin embargo, ello no se debe a una casualidad. Por el contrario, en Venezuela se ha desarrollado una nueva propuesta que tiene una sólida base teórica en la perspectiva de emancipación. Se inserta por una parte en las tradiciones progresistas emancipatorias y por otra parte plantea una aproximación novedosa al socialismo que además de crear nuevas formulaciones es capaz de recuperar valiosas tradiciones que habían sido dejadas de lado en el siglo XX.
En el pasado año este proceso se ha reconocido como un proyecto socialista en construcción. Ello significa un salto cualitativo, en la medida que reconoce en qué tradición se inserta y representa una abierta convocatoria a encontrar complicidades entre los trabajadores de todo el mundo. Ese reconocimiento ha venido acompañado de una llamada a redefinir un nuevo socialismo. Se ha iniciado un debate sobre de qué socialismo se trata y cómo se puede implantar en forma concreta. Y aunque todo está abierto, ya en la práctica hay un gran camino recorrido. En cierta forma todo está por construir en la teoría y en la práctica, pero el pueblo de Venezuela ya está definiendo un nuevo modelo que nos orienta sobre cómo puede ser el socialismo del siglo XXI.
En este sentido hay que empezar a reconocer y destacar algunos nuevos elementos, que probablemente son la antesala para nuevos niveles de desarrollo social avanzado, pero que no pueden ser subvalorados, porque ya son construcción social nueva. Destacan entre ellos las siguientes características innovadoras de ese nuevo socialismo emergente:
-Democrático, respondiendo a las presiones externas no con el recurso fácil al Terror sino con más voz, más debate, más participación, implicando a más personas en el conflicto y renunciando a soluciones desde las elites. Consiguiendo que el furibundo ataque de los adversarios catalice la respuesta popular y se convierta en un boomerang para sus propósitos.
-Pacífico, a pesar de dotarse de los medios para defenderse, evita la provocación y el derramamiento de sangre hasta el límite de lo posible.
-Plural, rehuyendo la formación de un único partido que apueste por el cambio y mantiene una plural gestión del poder. Los partidos progresistas cooperan pero a la vez compiten entre sí electoralmente, manteniendo un sistema efectivo de control mutuo dentro del bloque transformador.
-Económicamente diverso, empleando toda la fuerza del Estado en el desarrollo de las infraestructuras y el comercio exterior, pero impulsando formas de gestión económica social, familiar e incluso privada.
-Empleando el mercado como medio de transmisión de información de precios y evitando el riesgo de corrupción y colapso que supone el centralizar en un único lugar la formación de precios. Ello sin renunciar a la gestión macroeconómica, unos presupuestos públicos agresivos y a construir un sector público potente pero no totalizador.
-Estructurando y reformando el Estado a través de un proceso constituyente que establece nuevas formas de participación (como la revocación) por medio de un sistema legal riguroso y transparente que profundiza la democracia en lugar de restringirla. En lugar de negar la voz a las minorías reaccionarias (como se hizo en Francia o Rusia), se le ha dado voz a los millones de excluidos que jamás habían sido censados.
En realidad este proceso no se ha gestado en ningún gran laboratorio ni universidad, sino interrelacionando las ideas de los dirigentes que apostaban por un cambio real con la iniciativa de millones de personas y las complejas circunstancias que envuelven el proceso. No es tan sorprendente porque también fue así en las grandes revoluciones del pasado, al menos en las etapas que fueron plenamente populares y movilizadoras. Hoy puede haber quien desde las torres de marfil siga negando la consistencia del cambio que se está desarrollando, criticando teóricamente la endeblez de la teoría que ha creado las condiciones para impulsar ese cambio. También hubo algunos que frente el trabajo de Galileo siguieron negando que la tierra girase alrededor del sol, rebuscando citas irrefutables en libros sagrados.
Quizás esos supuestos teóricos deberían empezar a pensar dónde se han equivocado, y empezar a buscar dónde está la fuerza de las ideas que están cambiando las cosas en este proceso. Pero no hay prisa, aún sin su concurso Venezuela y el mundo… sin embargo se mueven.






Notas1. Con esa acción, este militar promovido por Robespierre se hizo perdonar su pasado ante la burguesía moderada, que vio en él al hombre capaz de llevar la Revolución a sus intereses y permitirle la estabilidad frente al levantisco pueblo francés. Napoleón emplearía las guerras imperialistas para enfriar los ánimos revolucionarios de las clases populares.2. En cierta forma el modelo leninista de partido, parte de ese esquema simplemente complementándolo, con la circulación de información también en sentido inverso de la base a la cúpula.

Nuestra Premisa es Profundizar en los Pensamientos del Libertador Simón Bolívar





I Parte

"El gobierno que se le dé a la república debe estar fundado sobre nuestras costumbres, sobre nuestra religión y sobre nuestras inclinaciones, y últimamente, sobre nuestro origen y sobre nuestra historia."

"¡Soldados: la esperanza de las naciones está pendiente de vosotros; dad un nuevo día de gloria a vuestra patria...!"

"Echemos el miedo a la espalda y salvemos la patria."

"El desarrollo del hombre es la primera intención del Legislador."

"Como ciudadano y como soldado ofrezco mis servicios a la república; ninguno sería más celoso en servirla; y sostendré al gobierno con toda mi influencia y con todas mis fuerzas."

"Cuando las calamidades públicas me pusieron las armas en las manos para libertar a mi patria, yo no consulté mis fuerzas ni mis talentos."

"De ninguna manera convendré en que nuestras tropas se comprometan en combates probables, sino seguros; y mucho menos si no son decisivos."

"Divididos, seremos más débiles, menos respetados de los enemigos y neutrales. La unión bajo un gobierno supremo, hará nuestra fuerza, y nos hará formidables a todos."

"Cuando me hablan de valor y de audacia, siento revivir todo mi ser y vuelvo a nacer, por decirlo así, para la patria y para la gloria."

"El genio del crimen parece tener su imperio de muerte, y nadie puede acercarse a él sin sentir los furores de una implacable venganza."

"Bastante me han criticado por haber hecho el bien a pesar de mi deber."

"Cuando el pueblo, por medio de la instrucción, sepa lo que son sus deberes y derechos habremos consolidado la República."

"Contra los canallas pueden emplearse las armas que usan ellos mismos."

"Ay mi amigo, mi aflicción no tiene medida, porque la calumnia me ahoga como aquellas serpientes de Lacoonte."


"El que manda debe oír aunque sean las más duras verdades y, después de oídas, debe aprovecharse de ellas para corregir los males que produzcan los errores"

¿Seremos capaces de mantener en su verdadero equilibrio la difícil carga de una república? ¿Se puede concebir que un pueblo recientemente desencadenado se lance a la esfera de la libertad, sin que, como Ícaro, se le deshagan las alas y recaiga en el abismo?

"...Pero es dichosísimo aquel que corriendo por entre los escollos de la guerra, de la política y de las desgracias públicas, preserva su honor intacto y se presenta inocente a exigir a sus propios compañeros de infortunio una recta decisión sobre su inculpabilidad"

¡Cuan superior es la suma de las luces a la suma de las riquezas.!

A la sombra de la ignorancia trabaja el crimen.

A nadie de debe forzar a obrar contra su conciencia y las leyes.

Al separarse Venezuela de la Nación Española, ha recobrado si Independencia, su Libertad, su Igualdad, su Soberanía Nacional. Constituyéndose en una República Democrática proscribió la monarquía, las distinciones, la nobleza, los fueros, los privilegios: declaró los derechos del hombre, la Libertad de obrar, de pensar, de hablar y de escribir. Estos actos eminentemente liberales jamás serán demasiado admirados, por la pureza que los ha dictado.

"Al silencio de los muertos, sucedieron los vivas a la Libertad."

"Amo la Libertad de la América más que mi gloria propia; y para conseguirla no he ahorrado sacrificios."

"Audacia en el plan y prudencia en la ejecución."

"Aunque la guerra es el compendio de todos los males, la tiranía es el compendio de todas las guerras."

"Cada individuo constituya un problema especial, y debe ser estudiado en su ambiente total y cambiante."

"Cada pueblo, cada hombre, sirve para alguna cosa."

"Cada pueblo será libre a su modo y disfrutará de soberanía, según la voluntad de su conciencia."

"Ciertamente, el oro y la plata son objetos preciosos; pero la existencia de la República y la vida de los ciudadanos son más preciosos aún."

"Como amo la libertad, tengo sentimientos nobles y liberales, y si suelo ser severo, es solamente con aquellos que pretenden destruirnos."

"Corramos a romper las cadenas de aquellas víctimas que gimen; no burléis su confianza; no seáis insensibles a los lamentos de vuestros hermanos. Id veloces a vengar al muerto, a dar la vida por el moribundo, soltura al oprimido y libertad a todos."

"Creo más en el honor que en las pasiones."

"Cualesquiera que sean los días que la Providencia me tenga aún destinados, todos, hasta el último, serán empleados en servicio de la América."

"Cualquiera que sea mi suerte en lo adelante, mi último suspiro será por mi país."

"Cuando se varía un plan es preciso variar los medios."

"Cuando temo que desaprueben mi manejo o mis ideas, dejo de importunar con mi amistad a los que me condenan."

"Cuando yo perdiera todo sobre la tierra, me quedaría la gloria de haber llenado mi deber hasta la última extremidad, y esa gloria será eternamente mi bien y mi dicha."

De la Libertad absoluta se desciende siempre al poder absoluto, y el medio entre éstos dos términos es la Suprema Libertad Social."

"De las cosas más seguras, la más segura es dudar."

"De lo heroico a lo ridículo no hay más que un paso."

"Debemos emplear la razón antes que la fuerza."

"Debemos saber perder al principio para saber ganar después."

"Dichoso el que, en lugar de un amigo, ha colocado en su pecho el amor, la inocencia y la virtud."

"Dios aprueba la creación de un gobierno cuyo fin es el bien de la comunidad, o cuando no es la obra de la propia comunidad, según su voluntad y no según su fuerza, que ningún derecho da la fuerza."

"Dios concede la victoria a la constancia."

"Dios es testigo de la pureza de mis intenciones; la posteridad será bastante recta para hacerme justicia."

"Disciplinemos y aumentemos nuestras tropas, para caer después sobre el enemigo como una masa inmensa."

"El amor a la Libertad me ha forzado a seguir un oficio contrario a todos mis sentimientos."

"El amor a la patria no se conoce y por lo mismo tampoco los sacrificios heroicos."

"El congreso de la nueva granada confió a mis débiles esfuerzos el restablecimiento de nuestra república. Yo he puesto de mi parte el celo; ningún peligro me ha detenido."

"El destino del Ejército es guarnecer la frontera. ¡Dios nos preserve de que vuelva sus armas contra los ciudadanos!. "

"El ejercicio de la justicia es el ejercicio de la Libertad."

"El enemigo se ha de dividir, y dividiendo debemos destruirlo."

"El error que profeso a la opresión no me permite ser víctima de este sacrificio."

"El género humano gemía por la ruina de su más bella posesión : era esclavo y ya es libre."

"El gran poder existe en la fuerza irresistible del amor."

"El hombre apoya su moral en las verdades reveladas."

"El hombre de honor no tiene más patria que aquella en que se protegen los derechos de los ciudadanos y se respeta el carácter sagrado de la humanidad: la nuestra es la madre de todos los hombres libres y justos, sin distinción de origen y condición."

"El hombre es hijo del miedo, y el criminal y el esclavo mucho más."

"El honor es el mejor guía del laberinto de las revoluciones."

"El ignorante está próximo a revolverse en el lodo de la corrupción:"